Es simplemente fantasía. No hay otra manera de describirlo. Tal
vez es un concepto que limita bastante, pero al mismo tiempo da pauta para
englobar todas las ideas posibles en solo una palabra. No hay nada más que
pueda explicar la emoción de imaginar el momento perfecto para un primer beso,
más aún cuando esa persona que tanto enredo crea en tu cabeza está junto a ti,
tomando tu brazo y recargándose en él para descansar mientras disfruta de una
película que aceptó ver solo para estar contigo. En algún momento te dejó de
interesar lo que proyectaban en la sala o lo que retumbaba en tus oídos, para
concentrarte plenamente en planear ese contacto tan especial y que crea tanta
ilusión; ya todo está preparado, si está contigo, se recuesta en tu pecho y
toma tu mano, significa que te quiere, ¿no?, entonces, ¿qué te genera esa
inseguridad? Solo toma su mentón, asegúrate de que dirija su mirada hacia ti,
haz una breve pausa, genera expectación en ella, acércate a su cara y ¡bésala!
No, eso no puede suceder así,
ella definitivamente sabe cómo le gustan los besos, tú solo tienes la
experiencia por una persona, si te atreves a hacerlo, no le gustará y se
acabarán esos momentos de felicidad a su lado, así que no, enfócate en la
película, nada de eso sucederá hoy, sé paciente...
Aunque, mira, te acaricia la
barbilla, su mano es suave y se desliza por mi cara como una dulce tela, un
ansiolítico para mi momento de ansiedad, una banca en mi jornada de cansancio,
una señal de cariño en mi soledad.
-Sé valiente, hazlo, nunca lo
has hecho de esta manera y es tu oportunidad, todo saldrá bien, en el fondo
sabes que siente lo mismo que tú, solo es cuestión de esperar el instante
ade... ¿qué ocurre? me está viendo, su mirada me atrapa, sus ojos me retienen,
fijan mi atención en ellos y transforman la sala en un pequeño sillón en el que
solo estamos ella, su mirada y yo; recuerda, esperar el instante ade... no
puedo, sigue examinando mi cara, tal si me acerco más, podrá encontrar lo que
bus... o podríamos besarnos, esa opción se siente mejor, mucho mejor de lo que
esperaba, ahí empezó a desbordar la verdadera magia, sus labios expresaban
"te quiero, quiero estar junto a ti, valora lo que siento" mientras
los míos respondía "soy consciente de lo que sientes, sé lo que es porque
yo también lo siento, y por eso mismo, valoraré tu compañía cada segundo, así
que descuida, estás segura".
Las palabras no dichas fueron
las mejor comprendidas, se complementaron de forma que no quedó ninguna duda
entre los dos, solo la sensación de que los labios se seguían expresando su
afecto a pesar de haber sido separados hace más de 20 minutos.
La mejor parte es que conoces a
la perfección esa sensación, así que cuando quieres volver a percibir sus
labios, solo hace falta estar en un lugar oscuro, o simplemente cerrar los ojos
para recordarlo, eso es precisamente a lo que yo le llamo "fantasía".